Cristóbal Lorente Martínez se formó en Imprenta Rafael desde los 6 años hasta que en 1974 se fue a trabajar al Diario Línea como cajista. Persona muy extrovertida y sociable, tenía muy buena relación con clientes y amigos. Primero se instaló en barrio de la estación, calle Tranvía, con el nombre de «Imprenta San Cristóbal», allí se especializó en composición, como cajista.
Estos tenían delante un armazón de madera, llamado «Chivalete», el cual contenía en sus cajones todas y cada una de las letras del abecedario, letras y signos. Estas se montaban en el componedor, de derecha a izquierda formando palabras, después se le daba la vuelta y la pasaban a la pletina hasta componer todo el texto.